“Construir proyectos en torno a personas motivadas. Ofrézcales el entorno y el apoyo que necesitan, y confíe en ellos para hacer el trabajo”.
El siguiente principio enfatiza la importancia de individuos debidamente motivados en un proyecto. Con demasiada frecuencia en el pasado, algunos gerentes de proyecto han utilizado tácticas de comando y control de alta presión para presionar a los equipos de proyecto para que entreguen resultados más rápido. Muchos de nosotros hemos estado involucrados en proyectos de “marcha de la muerte” en nuestras carreras donde a las personas se les da una fecha límite absoluta para hacer algo y tienen que trabajar por la noche y los fines de semana si es necesario para hacerlo. Cuando estás en un entorno que requiere altos niveles de creatividad e innovación, ese enfoque simplemente no funciona muy bien.
La filosofía de Agile se basa en un alto nivel de empoderamiento e iniciativa individual de las personas en el proyecto. En lugar de que se les diga específicamente qué hacer y se les presione para que lo hagan para cumplir con los plazos, los equipos ágiles reciben instrucciones generales y se espera que descubran cómo hacerlo de la manera más efectiva y eficiente. Hacer que ese tipo de enfoque funcione requiere un estilo de liderazgo orientado a las personas. Sin embargo, eso no significa que no haya necesidad de liderazgo alguno.
Un gerente de proyecto ágil necesita adaptar su estilo de liderazgo para adaptarse a la situación y eso generalmente dependerá de varios factores, incluida la naturaleza del proyecto y el nivel de madurez y experiencia del equipo.