No hace mucho tiempo, se aceptaba ampliamente que la planificación es una parte muy crítica de todo el proyecto. Si bien la planificación adecuada sigue siendo muy importante y dará como resultado una mejor ejecución, el marco de tiempo para el plan del proyecto se está reduciendo. En el entorno actual, es muy difícil planificar todo el ciclo de vida del proyecto al inicio del mismo. Hay una necesidad de hacer visitas frecuentes a la mesa de dibujo.
Es muy posible que el alcance del proyecto cambie por completo durante las diversas iteraciones de la planificación del proyecto; sin embargo, este proyecto aún puede clasificarse como exitoso, mientras que el proyecto que entrega lo que se planeó pero se volvió obsoleto durante la ejecución del proyecto puede clasificarse como redundante o fallido.
El desarrollo de software basado en planes es un enfoque más formal y específico para crear una aplicación. Todas las metodologías basadas en planes incorporan: repetibilidad y previsibilidad, un proceso incremental definido, documentación extensa, arquitectura de sistema inicial, planes detallados, monitoreo, control y educación de procesos, gestión de riesgos, verificación y validación.
Los planes generalmente se generan por lo siguiente:
- Proyecto desglosado en etapas/tareas
- Cada tarea dividida en sus actividades compuestas
- Cada tarea individual estimada (quizás usando métricas)
- Estimaciones agregadas para dar el esfuerzo total
- Lista de tareas analizada en busca de concurrencias y dependencias para proporcionar un cronograma
- El cronograma y la fecha de entrega ayudan a proporcionar el tamaño y la composición del equipo
- Equipo ensamblado y proyecto comienza
- Seguimiento y control a lo largo del desarrollo
- ¡Entrega!
[Fuente: Coleman, Gerry. Gestión de procesos de software, Dundalk IT / IT Tralee (2008)]
¿Está obsoleto “Planificar el trabajo y trabajar el plan”?
En el entorno actual, puede que no esté mal decir que todos los productos y servicios son perecederos. Si el tiempo de comercialización es demasiado largo, el producto o servicio puede volverse inútil incluso si no ha perecido físicamente. De la misma manera, un proyecto puede perecer muy fácilmente si para el momento en que se completa, las demandas de las partes interesadas han cambiado. Las empresas han comenzado a darse cuenta de que las personas y no los procesos son los verdaderos lubricantes para cualquier proyecto y, por lo tanto, el compromiso y la participación de las partes interesadas son muy necesarios para el éxito de los proyectos. Para que las partes interesadas se comprometan con el proyecto, deben ser capaces de ver su utilidad en su entorno y vida actual.
Como resultado, en el mundo actual, dinámico e incierto, los métodos tradicionales de gestión de proyectos son cada vez menos efectivos y esto requiere métodos mucho más dinámicos, adaptables, flexibles… en otras palabras, ágil.